La Importancia de la Certificación Energética
Sin importar cuál sea tu relación con el mercado inmobiliario: si buscas alquilar, poner en alquiler, comprar o vender un piso o casa, seguro que habrás oido hablar del famoso certificado de eficiencia energética. Y es que este papel se convirtió en un requisito obligatorio con el que debe contar cualquier bien inmueble que entre al mercado. En el momento de contactar con la agencia inmobiliaria de tu elección, sin duda te explicarán la importancia de este documento, pero aquí podemos darte algunas claves para que entiendas para qué sirve y algunos detalles interesantes al respecto.
¿Eficiencia energética?
Lejos quedaron las épocas en que el único parámetro para elegir una casa o piso era su apariencia exterior o su ubicación. Actualmente tanto los precios de los carburantes y la luz eléctrica como la preocupación por el planeta, han hecho que existan una serie de lineamientos que hablan de la eficiencia en el uso de la energía.
Aquí es muy importante aclarar que usar eficientemente la energía no equivale a ahorrarla. Ahorrar energía es usar menos de la que solíamos utilizar: apagando la luz cuando no la estamos utilizando, por ejemplo, o desconectando los aparatos eléctricos que no se están usando. Utilizar la energía eficientemente es hacer más cosas con el mismo gasto energético. Digamos que si antes contábamos con un sistema de calefacción que gastaba (por poner un ejemplo simple) 100 litros de gas para calentar 3 habitaciones durante 1 mes de invierno, un sistema más eficiente calentaría las mismas tres estancias de la casa por el mismo tiempo pero sólo con 10 litros de gas. No se está evitando utilizar la energía, sino que se está utilizando puntualmente y con una tecnología que busca optimizar hasta la última gota de carburante.
Hay muchas formas de mejorar la eficiencia energética de un inmueble, y lo más sorprendente es que muchas de ellas giran hacia el uso de las fuentes naturales de luz y calor para reducir el uso de electricidad y combustibles fósiles. Mayor superficie de ventanas para permitir la entrada de luz y calor natural. Aislamiento térmico de última tecnología para poder retener el calor o la frescura que vienen de la naturaleza. Calefacción y producción de agua sanitaria con tecnología que utiliza el mismo aire para reducir el consumo energético.
Todo ello nos ofrece hogares que contaminan muchísimo menos, que ofrecen una mayor comodidad o confort térmico a lo largo de todo el año y que se valen en muchas ocasiones de fuentes renovables o naturales de energía.
¿Quién no querría elegir un piso o casa así a la hora de comprar?
¿Trámite obligatorio o documento útil?
El problema es que antes no contábamos para nada con información al respecto. Un propietario que ponía a la venta o en alquiler su piso o casa, la pintaba y la preparaba para la foto, pero jamás se preocupaba por su desempeño energético.
Es a raíz del incremento tan elevado de contaminación de las últimas décadas que a escala europea y nacional han empezado a tomarse medidas para ir regulando y haciendo obligatorio el proporcionar información (y de hecho, conocer a profundidad) sobre el desempeño energético de inmuebles, electrodomésticos y hasta teléfonos móviles.
Esta obligatoriedad no forzosamente fue bien recibida por el público. Por las personas que querían seguir vendiendo o comprando como antes y sin tener que pagar por un papel que consideraban inútil. Poco a poco y tras apenas alrededor de tres años de haber sido instaurado, el certificado de eficiencia energética ha ido convenciendo a propios y extraños de que más allá de ser un trámite obligatorio, es una forma clara de poner una información muy importante sobre el inmueble sobre la mesa, de forma que quien elija comprarlo o alquilarlo conozca muy bien todos los detalles de cómo funciona internamente ese piso o casa.
Y es que conocer cuánto consume de energía (su gasto promedio de electricidad y gas) un piso y qué tan cómodo es en los fríos meses de invierno o en los calurosos meses de verano no es un detalle mínimo cuando elegimos una vivienda. De hecho, es más importante que el acabado en las paredes, puesto que una buena calificación energética es más difícil de conseguir (y ha implicado una mayor inversión) que un buen pavimento cerámico. Es por ello que actualmente el certificado energético ya se ha ganado un lugar importante en la lista de cosas que las personas revisan cuidadosamente antes de elegir un piso, más allá de la obligatoriedad del propio certificado.